Poco después de que en una explotación apícola de Oregón, Estados
Unidos, murieran 50 mil abejas, en Elmwood, en la provincia canadiense
de Ontario, se encontró la impresionante cifra de 37 millones de abejas
muertas.
David Schuit, que dirige una granja de abejas en Elmwood, señala como
culpables de la pérdida de 600 colmenas a los insecticidas conocidos
como "neonicotinoides", fabricados por una famosa empresa multinacional.
Ese "holocausto" de abejas llegó también después de un reciente informe
publicado por la Asociación de Apicultores Británicos, que registró la
mayor pérdida de abejas en toda su historia. Otra catástrofe similar
ocurrió recientemente en Gerona, Cataluña, donde los apicultores
perdieron millones de abejas. Los productores de miel españoles también
atribuyen el descenso en las poblaciones de abejas en Europa a las
prácticas agresivas de la agricultura moderna.
La Unión Europea ya ha prohibido el uso de múltiples pesticidas
vinculados a la muerte de millones de abejas. La pérdida de abejas tiene
lugar después de la siembra de maíz. Los pesticidas neonicotinoides se
utilizan para plantar maíz abrigo con sembradoras neumáticas, que
esparcen los plaguicidas por el aire durante el proceso.
La muerte de millones de estos insectos polinizadores fue estudiada por
la Universidad de Purdue (Indiana, Estados Unidos), que descubrió que
las abejas presentan síntomas neurotóxicos.
La desaparición de abejas ya es un problema global
La polinización de los cultivos, esencial para la alimentación de la
humanidad, está en peligro por la creciente desaparición de abejas en
todo el mundo. Un problema que ya puede considerarse global, más aún
luego de un informe publicado por Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA), que asegura que este fenómeno se ha extendido a
nuevas regiones del planeta.
Hasta ahora, sólo se había registrado un alarmante aumento de muertes
en Estados Unidos, y en algunas regiones de Europa, incluída España. Y
ahora en canadá. Sin embargo, según el informe de PNUMA, en los últimos
años el problema se ha extendido a Australia, China, Japón y el norte de
África, en la ribera del Nilo.
Dicho informe explica que esta grave disminución de las colonias se
debe a múltiples factores, como el cambio climático, la contaminación,
los pesticidas y el creciente papel de determinados parásitos, que están
mermando los cultivos.
La importancia de estas desapariciones es altísima, ya que en las
últimas décadas se ha multiplicado el número de cultivos dependientes de
la polinización por abejas. En el caso de determinadas frutas, la
producción de semillas disminuye en más del 90% al desaparecer estas
eficientes polinizadoras.
No hay que olvidar que alguna vez , Albert Einstein una vez dijo: “Si
la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían 4 años
de vida”.
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